La Localidad Rupestre de Chamangá incluye la mayor concentración de pinturas rupestres existentes en la zona de la Cuenca del Plata. Hasta el momento se han identificado 44 registros.
La singularidad y valor excepcional de las pinturas se debe a su ubicación sobre bloques de granito en campos abiertos, y no en cuevas o aleros como ocurre con la mayoría de estas manifestaciones existentes en otras partes del mundo. Su antigüedad se estima entre 900 y 1000 años. Las pinturas son rojizas, con trazos y formas geométricas abstractas, y fueron realizadas con hematita (óxido de hierro), mezclado con algún material orgánico, posiblemente grasa animal, para posibilitar su adherencia al soporte. La conservación de dichos trazos se debe a un “exudado microscópico” de silicatos, mineral que compone el granito, y que forma una especie de película protectora que incorpora la hematita al sustrato, y no permite retirar el material orgánico.
Desde el punto de vista del paisaje y su geología, el área se encuentra en una zona de relieve con suaves lomadas (penillanura) que oscilan los 100 metros de altura. Están recortadas por pequeñas cañadas o cursos de agua que alimentan las cuencas de los arroyos Chamangá, Maciel y de los Molles.